La póliza de defensa jurídica salvaguarda el interés del asegurado ante problemas que dañen sus bienes o sus derechos, haciéndose cargo de los gastos que puedan derivarse de un procedimiento judicial, administrativo o reclamación.
De este modo, la aseguradora pone a disposición del usuario un experto que se encarga de asesorar, reclamar en su nombre y conseguir que el daño ocasionado quede compensado.
Las coberturas que ofrece este tipo de seguro variarán según la aseguradora y del producto que oferten. Por norma general, los servicios a disposición del usuario son:
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