La responsabilidad civil de explotación es la obligación de reparación que debe asumir el responsable de una empresa por los posibles daños que pueda producir a terceros en el ejercicio de actividades que son de su competencia laboral.

Es aquella que cubre la responsabilidad que tiene un jefe o un gerente sobre los años que pueda sufrir el personal a su cargo. Dentro del seguro de responsabilidad civil patronal encontramos la cobertura sobre los accidentes de trabajo a causa de una acción u omisión, lo cual implica una indemnización.

La responsabilidad civil inmobiliaria es aquella que corresponde al propietario del inmueble, ya sea un local, un edificio o un terreno, por los daños que estos puedan ocasionar a terceras personas.

Esta cobertura protege al arrendatario de un inmueble ante los posibles daños que se puedan producir en la propiedad mientras la tiene alquilada a otra persona. Este tipo de seguro de responsabilidad civil puede ser contratada o bien por el propietario del inmueble, o bien por la persona alquilada.

Hace referencia a la responsabilidad que pudiese incurrir la persona o empresa asegurada y a la que le sea imputable por daños provocados por los trabajos llevados a cabo una vez que estos hayan sido entregados.

El seguro de responsabilidad civil de producto es aquel que aseguran los daños personales, materiales o los perjuicios que sufran terceras personas a causa de la utilización, posesión o la existencia de productos puestos en el mercado por sí mismos por medio de una red de distribución.

Un seguro de responsabilidad civil cruzada incluye una cobertura para determinados servicios de RC pensada para autónomos y empresas con servicios subcontratados o externalizados para la reparación de posibles daños en aquellas personas que trabajan para la empresa de forma indirecta.

Aquella que obliga al contratista a realizar el pago por los daños causados a terceros a causa de un daño provocado por uno de los empleados subcontratados.

Un seguro de responsabilidad civil de este tipo incluye la cobertura que opera cuando el suceso inicial tiene su origen en un accidente y se manifieste súbitamente de forma imprevista para la persona asegurada.

Con un seguro de responsabilidad civil de probadores, el responsable de una actividad empresarial tiene la obligación de reparar los daños causados a terceros con ocasión de probar los productos o servicios.

Es aquella que se encarga de proteger a la persona asegurada en caso de robo o hurto.

Ayuda y protege a la persona o negocio asegurado de las posibles consecuencias financieras de las reclamaciones por lesiones o daños a terceros causadas por los productos a la venta.